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Las Bibliotecas de la dignidad


Leyenda : Antes de tomar la foto me quede mirándolo por unos 5 minutos, yo no sabía que estaba esperando, pero me parecía increíble ese cuadro. Pensaba en toda la gente que critica la lucha desde la comodidad de su ignorancia y apatía, pensaba en que todo este tiempo no ha sido perdido.

Con una sola persona que comience a leer todo comienza a cambiar.

Por un mundo donde querer leer no nos cueste la vida.

14 de mayo del 2021. Cali. ©Daniel / @danihid29


En Colombia, los jóvenes se apoderan de las comisarías y las convierten en bibliotecas comunitarias.


"...Creo que el mundo es bello,

que la poesía es como el pan, de todos.

Y que mis venas no terminan en mí

sino en la sangre unánime

de los que luchan por la vida,

el amor,

las cosas,

el paisaje y el pan,

la poesía de todos."

Roque Dalton (Poeta Salvadoreño)


La historia

Nací en el distrito de Aguablanca de Cali, un sector donde los barrios han sido marginalizados y olvidados, donde lamentablemente el futuro de los niños y los jóvenes estaba condenado a la pobreza, a la miseria…No era fácil ir a un cine, a un museo, a un concierto, ir a una biblioteca, incluso la idea de querer ingresar a la universidad era lejana, ya que es muy costosa, muchas familias no podían permitirse ese “lujo” y si digo “lujo” es porque en Colombia el acceso a la educación es un privilegio que no todos pueden darse, no se puede estudiar si estás pasando hambre, si no tienes comida en casa, cuando no tienes ni siquiera para pagar un arriendo, para vivir dignamente.


Cuando tenía 9 años conocí el amor por los libros, un Biblio-Bus se instaló en el parque de mi barrio, se convirtió en mi lugar favorito, lamentablemente solo estuvo allí un mes, pero lo suficiente para transformarme la vida, podía ir allí a leer libros a soñar e inventar historia, entendí que a través de la educación y de la cultura podemos transformar y mejorar nuestra vida. Le pedía a mi mamá que me llevará una vez al mes a la biblioteca del centro de mi Ciudad, salía con una bolsa llena de libros para compartirlos con los niños de mi barrio.


Mi sueño a partir de allí era crear una biblioteca para que los niños de mi barrio tuvieran acceso a los libros y pudieran transformar sus vidas como lo hice yo. Que tuvieran opciones y posibilidades de vida mas allá de la droga y de la delincuencia, por eso cuando tenía 15 años con un grupo de amigos decidimos crear un espacio al aire libre donde podían venir niños a reunirse a leer a compartir las palabras, a pensar en comunidad, teníamos un afán de sembrar una semilla de un espíritu comunitario, nos reunimos cada sábado sin interrupción durante casi 8 años con más de 40 niños quienes llamaban a este espacio “La junta” me hacía mucha gracia oír este nombre, los niños me preguntaban “ Diana el sábado haremos “ La junta”, la palabra junta se utilizaba siempre para las reuniones de los empresarios “La junta directiva” …. En mi barrio “La junta” para estos niños significaba encontrarnos, estar juntos los unos a los otros , compartir y escucharnos….


Rememoro todo esto porque no deja de emocionarme algunas iniciativas que han surgido a raíz de la movilizaciones de las últimas semanas en Colombia, y pese a no estar físicamente en este momento de cambio por el que atraviesa mi país, sigo día a día todo lo que acontece. Si retrocediera mi vida 8 años atrás pensaría como algo utópico, que un CAI de la policía se transformara en una biblioteca comunitaria, un país que tuviera más espacio para los libros que para las armas, cuyo gobierno apostará más por la cultura que para la guerra.


Quiero celebrar justamente estas iniciativas de apropiación y resignificación de los CAI (centros de atención inmediata de la policía ) en la ciudad de Cali, que han sido tomados por la comunidad ante la violenta represión de la policía. El primero que conocí es el caso del antiguo CAI de la Loma de La Cruz en Cali, conocida después de las manifestaciones del 28 de abril como La loma de la Dignidad, el CAI quedo destrozado pues allí estaban guardando armas que atentaban contra la vida de la población que se manifestaba pacíficamente, un grupo de jóvenes soñadores decidió el 29 de abril tomar el espacio para que no siguiera siendo utilizado con un espacio para la represión, decidieron llenarlo de colores y de libros que donaban los mismos vecinos del barrios, hoy se le conoce como la Biblioteca de la Dignidad, tienen una programación cultural, desde grupos feministas que hacen charlas, grupos de mujeres tejedoras, clases de yoga, música, intercambio de libros, cine-foros , es una forma de resistir de aporta un granito de arena en estas jornadas de movilización que vive Colombia,


Como la biblioteca de la Dignidad, se han ido sembrado puntos de resistencia desde la cultura en otros puntos de la ciudad, muchos otros CAI se han ido transformando en espacios por y para la comunidad, el CAI del Barrio Metropolitano hoy se conoce como la Biblioteca Nicolás Guerrero, en homenaje al nombre del joven asesinado por agentes del ESMAD en las jornadas de protesta del 2 de mayo. Aquí resisten con música, intercambiando libros, enseñando a s cultivar huertos urbanos.


En Puerto Rellena , uno de los puntos de mayor resistencia en Cali, sus habitantes también se han apropiado del CAI, lo han pintado y han escrito en sus paredes los nombres de las víctimas que ha dejado esta guerra, son espacios para sanar, para resignificar, allí están las armas de las personas que están manifestándose, nuestras armas son los libros, y ese es arma más peligrosa que cualquier bala, una herida producto de lectura una poesía, de una bella canción, de una pintura, jamás es imborrable.


La policía sigue intentado volver a tomar estos espacios, no sabemos si lo harán, si cada barrio logrará conquistar y mantener su “Biblioteca de la Dignidad”, lo que si es seguro es que se seguirá resistiendo y seguirán lo jóvenes armados de libros.


Diana Mar, para les humanités, 23 de mayo del 2021


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entrevista realiza por Fernanda Girón T.




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